
Como siempre ocurre con proyectos como estos, tanto la percepción de los mismos como los cambios que conllevan, están sujetos a la crítica política y social. Y están también sujetos, como no podía ser de otra manera, al contraste con los intereses particulares, ya sean éstos personales o colectivos. De tal manera que son estos propios intereses los que suelen condicionar el apoyo o el rechazo a los cambios en función de si se perciben éstos como algo que o bien favorece o bien pone en cuestión dichos intereses.
Sin embargo, salvando siempre la diferencia de enfoque y aun teniendo cabida la crítica constructiva en aspectos concretos, EQUO Huesca quiere expresar su apoyo a este proceso de cambio, siempre que éste tenga como finalidad la construcción de una ciudad para y con las personas. Desde la óptica de la ecología política la configuración de una ciudad tiene como fin primordial el que ésta sea un lugar saludable, donde se recupere la calle no únicamente como lugar de intercambio comercial sino, fundamentalmente, como un espacio de relación humana, de encuentro entre las personas en un entorno de medioambiente sano.
Cabe destacar que la construcción de este modelo ciudadano no puede llevarse a cabo más que a través de un proceso participativo continuo, en el que la ciudadanía y los colectivos sean protagonistas en la toma de decisiones y en la evaluación de resultados en todas sus fases. Desde EQUO Huesca queremos insistir en la necesidad de continuar avanzando en la construcción de un modelo de participación ciudadana inclusivo, que permita y anime a las personas interesadas a involucrarse en la construcción de la ciudad en la que deseamos vivir.
Por último, señalar que en EQUO Huesca trabajamos por desarrollar un modelo de relaciones humanas armónico, respetuoso tanto con las personas como con la naturaleza, casa común donde todos los seres vivimos. Construir una Huesca bajo esta premisa no sólo es sano, sino que también nos permitirá vivir más felices.