El sábado 14 de Abril en Albacete, representantes de EQUO Aragón, junto con los de las respectivas asambleas territoriales de Ciudad Real, Toledo, Cuenca, Alicante y Murcia y la organización de EQUO Albacete, han constituido un grupo de trabajo sobre la gestión sostenible del uso del Agua, con el principal objetivo de elaborar un discurso político unitario y coherente para EQUO que supere las diferencias territoriales.
Dentro de la formación política, hay unanimidad al calificar negativamente la gestión que, hasta la fecha, se viene realizando del Agua como patrimonio y se observa que, con el actual modelo de sociedad, dicha gestión es insostenible.
En esta jornada se ha puesto en común la situación y problemática de los diferentes territorios teniendo presente la necesidad de actuar de acuerdo a la Directiva Marco del Agua a nivel europeo con la inclusión, a su vez, de los principios de la Nueva Cultura del Agua.
En este sentido, el discurso de EQUO girará en torno a dos ejes fundamentales constituidos por la Sostenibilidad y la Gestión Pública, que se concretan en aspectos tales como:
- Prioridad a las estrategias del uso sostenible del Agua en las respectivas cuencas hidrográficas ajustando éste a los aportes propios de cada una de ellas.
- No privatización de los servicios de abastecimiento, distribución y tratamiento del Agua.
- Garantía de conservación y recuperación de los acuíferos y los ríos.
- Abandono definitivo de la construcción de grandes infraestructuras hídricas como embalses y trasvases.
- Reconocimiento del Agua como derecho humano inalienable.
Con la preocupación por la alarmante ineficacia de las administraciones en la gestión del Agua, EQUO continuará trabajando en red mediante los documentos aportados desde los diferentes territorios, adoptando una postura coherente entre los mismos para elaborar las propuestas concretas de actuación y proyectando nuevas reuniones presenciales.
En relación con el territorio aragonés, EQUO Aragón ha relatado la actual inexistencia de un nuevo Plan de Cuenca del Ebro y los conflictos sociales, económicos y ambientales, que se derivan de una política hidráulica basada en la gestión de la oferta que los proyectos de recrecimiento de Yesa y Las Torcas y los pantanos de Biscarrués y Mularroya han provocado en Aragón.