EQUO Aragón anima a la participación activa de trabajadores y trabajadoras en los sindicatos

EquoAragon_300x240Cada vez que reflexionamos acerca del trabajo y ponderamos su situación, realizamos una abstracción: hablamos sobre el mercado laboral, sobre la oferta y la demanda de trabajo, sobre índices de ocupación, de actividad, etc. Y olvidamos casi siempre, que no podemos disociar la actividad “trabajo” de la persona que la realiza. En otras palabras, no existe “el trabajo” sin “la persona trabajadora”.
Esto, aunque parezca una verdad de Perogrullo, es esencial para comprender que, en la ecuación del capitalismo, la variable “mano de obra” son personas. Y son, por tanto, personas quienes sufren todos los “ajustes” generados por la política neoliberal aplicada al ámbito laboral. Los acontecimientos recientes trazan un recorrido que, comenzando en el Estatuto de los Trabajadores y terminando en las últimas reformas laborales realizadas en el marco de la actual crisis económica, se caracteriza por una disminución paulatina de los derechos de los trabajadores y un menor peso de los sindicatos en la sociedad.
En un análisis sereno, son muchos los matices que se pueden hacer en torno a los sindicatos, tanto positivos como negativos. El papel de los sindicatos en la denominada “paz social”, la reconversión de algunos sindicatos en empresas de servicios sindicales, la proliferación de sindicatos corporativos y la falta de unidad de acción sindical, podrían ser algunos de los nudos gordianos a resolver desde una perspectiva negativa. Pero también podemos plantear otras cuestiones; ¿qué sucedería si no existieran los sindicatos? Seguramente, imaginaremos un escenario sin derechos, al exclusivo arbitrio de la necesidades empresariales donde, como ya se nos ha dicho, “hay que trabajar más y cobrar menos”. Se trataría de un escenario similar al existente en el siglo XIX. Sin embargo… ¿no estamos viviendo ya algo parecido hoy?
Consideremos también el empeño patente en algunos sectores por el descrédito de los sindicatos. Bien es cierto que los errores cometidos por éstos no ayudan precisamente evidenciar la necesidad de su existencia. Además, muchos trabajadores y trabajadoras pactan individualmente sus condiciones laborales, otras no quieren organizarse por miedo a perder su empleo y otras se ven obligadas a escenificar un “teatro de paz”. La situación no es nada fácil.

Tomar conciencia de que hay cosas que cambiar y trabajar activamente para ello, es el gran legado que muchos trabajadores y trabajadoras nos han dejado a lo largo de la historia de la acción colectiva. En vísperas de la celebración del 1º de Mayo y desde la perspectiva de la Ecología Política, EQUO Aragón, quiere hacer un llamamiento a la participación activa de los trabajadores y trabajadoras en los sindicatos, una de las trincheras en la lucha contra el vendaval neoliberal que nos azota. Que no sea sólo una participación a la búsqueda de intereses puntuales, sino que se sea una participación activa que permita su renovación, convertirlos en instrumentos útiles en favor de la dignidad humana y favorecedores de una cultura de la acción colectiva cooperativa y no competitiva.