Mañana se cumplen cuatro años del accidente nuclear de Fukushima, que fue calificado con el nivel máximo de siete (accidente grave, el mismo nível que Chernóbil) en la escala internacional de eventos nucleares (INES), por la fuerte liberación de material radiactivo al exterior. Cuatro años después, las fugas de agua radiactiva y las emisiones de radiaciones continúan, y 126 mil personas siguen desplazadas, esperando la autorización para volver a sus casas. El partido verde advierte que el riesgo nuclear no ha desparecido, a pesar del declive de la industria nuclear en el mundo.
El accidente de Fukushima tuvo también como consecuencia el freno en el desarrollo de la energía nuclear en el mundo. Algunos gobiernos, como Alemania o Suiza, tomaron la decisión de prescindir de la energía nuclear tras el grave accidente; también algunas empresas como Siemmens, anunciaron el abandono total de inversiones en el sector nuclear.
Energía nuclear en España
El frenazo que supuso Fukushima para el desarrollo de la energía nuclear no evita, sin embargo el riesgo nuclear. En el caso de España, el gobierno del Partido Popular quiere alargar la vida útil de las centrales de 40 a 60 años. El alargamiento de la vida útil supone que continúen funcionando centrales cada vez más envejecidas, aumentando con ello el riesgo de accidentes nucleares o escapes.
En EQUO lo tenemos claro y nos comprometemos a una desnuclearización progresiva del sistema español de aquí a 2020 “La energía nuclear es cara, sucia y peligrosa, ha llegado el momento de comprometerse para cerrar las nucleares” ha declarado nuestro coportavoz Juantxo López de Uralde, “es incomprensible que la energía nuclear haya llegado al siglo XXI existiendo alternativas limpias, rentables y generadoras de empleo”.
En concreto en España la central nuclear de Garoña (Burgos), cuyo reactor es gemelo al número 1 de Fukushima, podría ser reabierta de seguir adelante los planes del gobierno del PP. Garoña lleva dos años cerrada, pero el gobierno y la empresa propietaria han puesto en marcha el proceso para su reapertura. EQUO ha rechazado su reapertura, y ha firmado un compromiso con los partidos de la oposición de no reabrir la central si llegaban al gobierno.
Otro conflicto nuclear abierto en España es el de los residuos radiactivos. En la actualidad ENRESA quiere construir un Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca), pero el proceso ha sido paralizado ante los informes que advierten de que los suelos no son adecuados para una infraestructura de este tipo.
“Cuatro años después todavía no se han paralizado los impactos del accidente de Fukushima. Aquel accidente marcó el comienzo del declive nuclear, pero todavía el riesgo es alto y otro accidente puede producirse en cualquier momento” ha señalado López de Uralde.