Bruselas, 3/12/2014. La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha rechazado hoy la propuesta de la Comisión Europea de no evaluar por separado las emisiones de gases de efecto invernadero generados a partir de arenas bituminosas. Cierra de este modo la entrada en la Unión Europea de un combustible altamente tóxico y contaminante y cuya extracción a cielo abierto es un continuo atentado ecológico.
Para el portavoz de EQUO en el Parlamento Europeo, Florent Marcellesi, «los eurodiputados se han posicionado hoy claramente a favor de la salud del consumidor y la protección del clima. Nos hemos negado a aprobar la propuesta de la Comisión Europea y su método de cálculo de las emisiones de gases de efecto invernadero para fomentar el acceso al mercado europeo para estos combustibles altamente tóxicos y contaminantes”.
Además, «la propuesta de la Comisión Europea es claramente uno de los resultados de las negociaciones de libre comercio entre la UE y Canadá, país de donde provienen las arenas bituminosas. El voto del Parlamento es un voto a favor del medio ambiente y pone de relieve los abusos y las nulas ambiciones ambientales del CETA y del TTIP«.
La estrategia del ejecutivo de la UE para defender el contenido de esta directiva se ha basado en reivindicar las necesidades de seguridad e independencia energética europea. Sin embargo, como apunta Marcellesi “la política energética de la Comisión pierde toda su credibilidad con argumentos como el que ha utilizado hoy. No puede seguir escondiéndose en el mantra de la seguridad energética para promover el uso de combustibles todavía más nocivos que los que estamos utilizando hoy en día. Celebramos que el Parlamento Europeo haya abogado por la opción más sensata para la salud humana y los ecosistemas”.
Nota: La Directiva relativa a los proveedores de combustible plantea la obligación de reducir en un 6% en 2020 la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida de los combustibles para el transporte. La metodología actualmente propuesta por la Comisión Europea es insuficiente, ya que no tiene en cuenta la diferencia entre los aceites «convencionales» y los basados en las arenas petrolíferas. La Directiva de calidad de los combustibles fue una de las 5 medidas legislativas adoptadas por la UE a finales de 2008 como parte de su paquete de clima y energía y es una pieza fundamental de la legislación que debe ofrecer real la reducción de emisiones a partir de 2020. La votación de hoy debe ser vista como la base para proporcionar una metodología sólida para las reglas de calidad de los combustibles de la UE después de 2020.