COP20 Lima: lejos de llegar a acuerdos para reducir las emisiones

Crónica de Verónica Juzgado desde Lima.

equo_marcha_cambio_climaticoA punto de finalizar la Reunión Anual de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Lima, las posturas continúan muy alejadas. La primera piedra es la forma legal, este punto está resultando muy polémico y ahora mismo pinta difícil que pueda convertirse en Tratado. Un tratado que de llegar a cuajar, está lejos de ser vinculante, algo que demandan desde las organizaciones sociales hasta el Parlamento europeo, liderado por los partidos verdes. Si en Kioto se comenzó hablando de commitment (compromisos) para pasar a ser contributions (contribuciones), ahora ya no se sabe en qué acabará.

Las negociaciones van bastante retrasadas (por el momento iban discutiendo el punto 11 de la agenda que tiene 103 en total) y en ciertos momentos ha dado la impresión de que se producían determinadas prácticas obstruccionistas: algunas delegaciones se empeñan en debatir hasta el más ínfimo detalle formal (enmiendas en las pantallas, repeticiones…). Esto último se nota especialmente en las reuniones del ADP (Ad Hoc Working Group on the Durban Platform for Enhanced Action) ya que es donde se negocian los temas referentes a la vinculación de lo acordado. Aquí hay que destacar las dilaciones premeditadas de los países en desarrollo (G-77) y China: se llegó a perder toda una mañana debatiendo el preámbulo del documento. Tan evidentes fueron estas prácticas que el copresidente del grupo tuvo que hacer hincapié en que el tiempo no corre a favor. Aún así, la intención aparente es dejar los temas más importantes cerrados aquí para que estén listos para el posible acuerdo de París.

Al único acuerdo al que parecen llegar los países es en el documento sobre la estructura del texto de negociación, es decir sobre la forma, pero no sobre el contenido. Sobre lo importante el quiz de la cuestión está en el debate entre mitigación, que defienden los países desarrollados, y la adaptación y la financiación, donde ponen el acento los países en desarrollo.

La UE cree que ha cumplido su parte del Protocolo de Kioto y que los demás (especialmente EEUU) no, por eso es necesario una vinculación jurídica y que, para existir ésta, debe centrarse en las únicas que, a su juicio, son medibles: las medidas de mitigación. Además, debe acabarse con el sistema de diferenciación de Kioto, la UE cree que la responsabilidad por las emisiones acumuladas ha terminado y ahora todos deben arrimar el hombro.

La posición de los países en desarrollo es casi la opuesta, se sienten más víctimas que responsables, lo que les lleva a apostar por las medidas de adaptación, las cuales, según la UE no son cuantificables y deben dejarse a la acción individual de las partes. Aún así, éstos insisten en que deben ser la prioridad y que deben contar con un traspaso tecnológico adecuado y una financiación acorde. Este último punto es también un importante foco de discordia ya que, siendo prioritario para ellos, para la UE y otros países desarrollados no muestran un compromiso claro con el tema e incluso Cañete dice que es una cuestión que se dejará para la próxima cumbre de París.

Entre los países en desarrollo, destaca especialmente Filipinas, que recientemente ha vuelto a sufrir las consecuencias del agravamiento de los eventos climáticos con el paso de un nuevo tifón, que se niega a aceptar las posturas de los desarrollados de forma que participa mucho en todos los debates, no sé si como táctica de obstruccionismo o por un interés real.
Por otro lado y, como siempre por libre, va Estados Unidos, que en la senda del acuerdo adoptado con China el mes pasado, insiste en la adopción de un acuerdo “que incluya a todos” pero que no sea vinculante. Es decir, nada.