En las últimas semanas se han sucedido las informaciones sobre corrupción política en nuestro país, coronadas por las revelaciones del diario El Mundo sobre el pago de salarios en B a dirigentes del PP durante años. Llega esta oleada de noticias en un momento en el que el descrédito de la política es más acusado y manifiesto, con una opinión pública totalmente hastiada de sus gobernantes y las instituciones que comandan desde sus torres de marfil, haciendo caso omiso al clamor ciudadano que lleva años pidiendo reformas no tanto económicas como democráticas.
La situación es tan grave que necesitaría que el Poder Judicial diese un paso adelante y encabezara una cruzada contra la corrupción política con todos los medios a su alcance, incluidos amplios poderes para la Fiscalía correspondiente y el nombramiento de un juez investigador especial al estilo de Di Pietro, que arroje algo de luz sobre las cloacas de nuestra democracia. Algunos echarán de menos a Garzón en estos momentos.
Ello debería ir acompañado de un examen crítico e independiente de nuestro entramado institucional que pueda hacer propuestas reales de mejora. No hablo de comisiones o auditorías internas dirigidas por las mismas instituciones corrompidas, sino de un estudio externo, si
Source: Alejandro Sánchez