EQUO, atento a las consecuencias de la absorción de la CAI por Ibercaja

EQUO expresa su incertidumbre acerca del aumento de capital de Ibercaja tras el anuncio de absorción del grupo bancario Caja 3 (la CAI), por entre otras, las consecuencias que podrían derivarse en su participación (hoy al 50% con el Gobierno de Aragón) en Aramón, sociedad gestora de las montañas de Aragón, así como el previsible descenso porcentual de la acción social unido a una revisión a la baja de los puestos de trabajo de sus oficinas. Urge además una reforma de los fundamentos reguladores del sector financiero en su conjunto y un apoyo rotundo hacia los modelos cooperativos y de banca ética para que los sectores sociales excluidos de los grandes circuitos crediticios, y en particular los del mundo rural, encuentren amparo.

Tras la bancarización de las cajas a instancias del FMI en 2010 por el que se pasó de un modelo en teoría sin ánimo de lucro a otro mercantil donde la obra social no es obligatoria, el actual proceso de fusiones ha alcanzado a las dos principales ex-cajas aragonesas: Ibercaja y la CAI. Las consecuencias de esta gran fusión (en términos de Aragón) serán evidentemente una reducción de plantilla, y previsiblemente una reducción porcentual en las acciones sociales que ambas entidades mantienen tras su bancarización, así como el fortalecimiento de un polo financiero con el que será mucho más complicado que particulares y administraciones públicas consigan crédito. En definitiva, un aumento de la brecha entre sociedad y mercados; y consecuencias de mayor impacto sobre el medio que los soporta.

La obra social, en entredicho
En una petición realizada por la Plataforma de ONGs de Acción Social (POAS), la Plataforma de Voluntariado de España (PVE), la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social en el Estado español (EAPN-ES) y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) el Tercer Sector de la Acción Social expresó su rechazo a la propuesta de ‘bancarización’, así como su disposición a jugar un rol de apoyo y supervisión para reorientar la acción de las cajas hacia la mejora del bienestar de todas las personas, sin embargo dicha petición no fue escuchada. Otras cajas hubieran sido posibles.

Las cajas españolas, con 580 millones de euros en programas de lucha contra la exclusión en 2011, se situaban a la cabeza de la inversión social privada en el mundo, y aunque son innegables funcionamientos en exceso politizados, el estado actual en el que se orientan a dar cuenta a sus accionistas dejando de lado la acción social no es en absoluto una mejora. Haciendo crítica del estado anterior, no podemos alabar el sector financiero actual.

Lamentamos igualmente que la respuesta social al proceso de bancarización no haya sido escuchada y apoyada suficientemente, lo cual es consecuencia de que en su actividad la ciudadanía no ha visto diferencia entre Bancos y Cajas, así como la falta de participación social y transparencia en el proceso. Las cajas que así lo hubieran hecho habrían invertido sus beneficios en las carencias más acuciantes bajo la tutela del Estado de Derecho, sin embargo hemos aceptado esa pérdida social, de la mano de un PSOE de rodilla en tierra ante los mercados, que ha convertido unas entidades originalmente benéficas en nuevos entes a los que servir.

Comunicado de EQUO Aragón